Cuando La Diosa Fortuna te sonríe

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Todo el mundo conoce las típicas historias en las que un determinado número persigue a un individuo durante toda su vida y casi siempre, con consecuencias desastrosas. Pues bien, a mí también me persigue uno, el 8, pero al contrario que ocurre en el cine o en la literatura, a mí me trae buena suerte. El caso es que todo en mi vida tiene que ver con este singular número símbolo de lo infinito y eterno.

El pasado año, durante una tarde de domingo, me encontraba sentada en el sillón de mi casa corrigiendo exámenes, cuando de repente me entró un sueño tremendo, que no podía contener. Así que dejé lo que estaba haciendo y eché una cabezadita. Entonces tuve un sueño rarísimo en el que me encontraba nadando en una playa, en una paradisíaca isla, no sabía dónde, pero me encantaba, estaba feliz y muy relajada. Al salir del agua, me siento a la orilla y me seco al sol y con el dedo, dibujo un 8. ¿Se trataba de una premonición? No lo sé, no creo mucho en esas cosas, pero es que lo que pasó después, me dio que pensar.

En cuanto desperté de mi siesta, que por cierto me sentó de maravilla, continué corrigiendo exámenes y nada más terminar, decidí subir las calificaciones a la web. Pero antes me distraje un poquito en las redes sociales, y enterarme de lo que había estado pasando durante mi fin de semana de encierro. Y entonces recibo una notificación de Facebook, a Pepita Pulgarcita le gusta La Diosa Fortuna, Administración de Lotería Nº3 Xátiva. Así que entré en su página y me entero de que se puede jugar online, sin necesidad de desplazarse al local. Y entonces decidí probar suerte. Como no, uno de los números terminaba en 8, lo cogí y, tachán tachán,  me tocó. No fue una cantidad desorbitada, ya me gustaría, pero al menos me sirvió para pegarme un homenaje y marcharme durante 15 días a las Islas Seychelles. Y todo así de fácil, sin salir de casa. En esta administración puedes jugar online o presencialmente a los juegos de Loterías y Apuestas del Estado con la máxima seriedad, seguridad y garantía, porque son un punto oficial de ventas de LAE (Loterías y Apuestas del Estado). Al realizar el pedido en su web, es como si se hiera directamente en su administración, ya que las compras son gestionadas directamente por la misma sin intermediarios, sin gastos, ni comisiones…

Mi experiencia en las Seichelles

La República de las Seichelles es un conjunto de 114 islas localizadas en el océano índico. La capital, Victoria, en la isla de Mahé, es la única ciudad del archipiélago y dónde se encuentra el único aeropuerto y puerto internacional. Un tercio de la población de las Seichelles reside allí.

Estas islas son un auténtico paraíso, ya que mantienen toda su belleza natural, destacando sus hermosas playas y sus cristalinas aguas, en cuyas profundidades se pueden contemplar las especies marinas más sorprendentes. Su enorme atractivo, junto a su agradable temperatura durante todo el año, convierte a este archipiélago, en el destino preferido por millones de turistas cada año. De hecho, el turismo es la principal fuente de ingresos del país.

Entre noviembre y enero, llegan los vientos monzónicos, y las lluvias son abundantes. De mayo a septiembre soplan los alisios, y es a partir del mes de diciembre cuando las temperaturas alcanzan su índice más alto, hasta el mes de abril.

Además de las playas, en Victoria cuentan con otros lugares de interés turístico como por ejemplo su  Jardín Botánico, en el que se puede admirar sus asombrosas tortugas gigantes, propias de la zona, como la Aldabra o la tortuga gigante de Seichelles, que desgraciadamente se encuentran en la actualidad en peligro de extinción, por lo que se encuentran dentro de un programa de cría en cautividad y reintroducción por la Asociación de Protección de la Naturaleza de las Seychelles.

Además de las tortugas gigantes, en la isla habita una gran diversidad de especies marinas, como las esponjas, moluscos, corales, gambas, gorgonias, anémonas, pepinos de mar, erizos, estrellas, arañas, plumeros de mar…

La vegetación original, fue modificada por las diferentes colonizaciones, y sólo se conserva el 25% de la misma.

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