El estrés oxidativo

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Mucho tiempo se lleva oyendo hablar a los profesionales sobre el estrés oxidativo. Todo aquel al que le gusta estar al tanto de las nuevas investigaciones cosméticas sabrá que hace ya muchos años que sabemos que envejecemos, en parte, por culpa de la oxidación de nuestras células y de ahí que miles de empresas hayan sacado a la venta pastillas de granada  y otros nutrientes famosos por ser antioxidantes. Sin embargo, aunque relacionado, el estrés oxidativo tiene más que ver con el desequilibrio que sufre nuestro cuerpo cuando llegamos a cierta edad que con el hecho de cumplir años en sí.

Cuando la oxidación está en equilibrio con la creación de nuevas células lo que conseguimos para nuestro organismo es energía celular, pero cuando entramos en desequilibrio y la oxidación es mayor, o va más acelerada que lo que nuestro cuerpo puede aguantar, empezamos a sufrir una serie de consecuencias cuyo resultado final es el deterioro funcional orgánico.

Sin embargo, no son solo los años y el deterioro de nuestro organismo los que desencadenan un desequilibrio acuciado, ahora es sabido que el exceso de ejercicio, así como las condiciones climáticas donde se entrena y algunos hábitos dietéticos y de suplementación pueden desencadenar también un desequilibrio entre la producción de los radicales libres y los mecanismos de defensa antioxidante del organismo.

¿Significa eso que es mejor no practicar ningún deporte? Por supuesto que no, el ejercicio es vital para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo y el sedentarismo mata a más personas en el mundo que la hambruna o la contaminación hoy en día. Lo que debemos plantearnos es qué tipo de ejercicio hacer en base a nuestro estado físico, así como elegir dónde debemos practicarlo, con cuánta periodicidad y con cuánta intensidad.

Enfermedades

Pero no solo hablamos de envejecimiento y arrugas, sino también de ciertas enfermedades que pueden aparecer a causa de ese estrés oxidativo, tales como enfermedades cardiovasculares, cáncer, trastornos neurológicos y otras patologías relacionadas con el envejecimiento.

Ahora bien, ¿podemos prevenir el estrés oxidativo? Pues aunque la realidad es que no podemos evitarlo, ya que el paso de los años es más potente que todo lo que podamos encontrar a nuestro alcance para combatirlo, sí hay ciertas cosas que podemos tener en cuenta para conseguir retrasar su aparición o, por lo menos, aminorar sus efectos.

A nivel farmacológico podemos encontrar en el mercado TetraSOD® , pues si bien es verdad que hay alimentos antioxidantes en la naturaleza, la realidad es que todas las pastillas que crean las empresas cosméticas con polvo de granada y demás no tienen la suficiente concentración  como para que surta efecto. El TetraSOD® está compuesto por una alga marina cuyo origen se data en hace 2.500 millones de años, un alga que fue la responsable de la producción de oxígeno en nuestro planeta.

Además, esta alga refuerza cabello y uñas gracias a sus potentes nutrientes. En Bellesa i Ungles, nos han confirmado que la mejoría en uñas cuando se toma este suplemento suele ser notable y físicamente apreciable en cuestión de semanas.

Esta alga tiene una concentración de SOD (la primera enzima esencial en la vía antioxidante) 30 veces mayor que cualquier otra alga marina, y también que cualquier alimento.

Pero ¿de qué serviría tomarnos una pastilla y luego seguir con una vida cuyos hábitos dejan mucho que desear? El TetraSOD®, así como cualquier otro suplemento que pueda surgir en los próximos años, pueden ser una ayuda para nuestro organismo pero es nuestro estilo de vida el que debe mejorar para poder encontrarnos en un buen estado físico y combatir así, no solo la oxidación de nuestro cuerpo, sino muchas otras patologías.

Nuestra alimentación es un factor clave, debemos alimentarnos correctamente, sin dejar de lado ningún nutriente, con el fin de llevar una dieta equilibrada que nos aporte todo lo que nuestro organismo necesita, sin excesos ni defectos. Es muy positivo beber una copa de vino al día, comer frutos rojos, verduras, legumbres y cereales integrales, pues todos estos alimentos son ricos en antioxidantes. Tampoco podemos permitirnos el lujo de fumar, de forma activa o pasiva, pues es un vicio que mata, aunque muchos se empeñen en seguir haciéndolo amparados por la legalidad de esta droga. Y del mismo modo debemos evitar la excesiva exposición a la luz solar, el consumo excesivo de alcohol, y la consecución de una actividad física desequilibrada.

Como veis, al final de lo que se trata es de que, con ayuda o sin ella, tengamos una vida activa, con hábitos de vida saludables y una alimentación sana y equilibrada que nos aporte todos los nutrientes y vitaminas que nuestro organismo necesita sobre todo teniendo en cuenta lo que ahora sabemos: que tanto exceso como el defecto pueden ser perjudiciales.

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