La lubina es baja en grasas

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La lubina, también conocida como róbalo, es un pescado blanco de cabeza puntiaguda, ojos pequeños y boca grande. Pertenece a la familia Percichthydae y vive en profundidades de 10 a 15 metros.

Este pescado habita en las desembocaduras de los ríos, las costas rocosas de los arenales, en puertos, pantalanes y escolleras. El mejor momento para comprar lubina salvaje es durante los meses más fríos, entre noviembre y diciembre. Pero, la de acuicultura está disponible durante todo el año.

Los profesionales de Marisco Gallego, expertos en pescado y marisco, explican que para saber si está fresca hay que fijarse en el color blanco y plateado de su vientre, porque cuanto más intenso sea el color, más fresca será la lubina.

Es aconsejable guardarla en la nevera y consumir en el mismo día de la compra. También puede congelarse en el mismo día y para su descongelación debes meterla el día anterior en la nevera.

Una vez descongelada no se debe volver a congelar. Con este pescado puedes preparar un buen menú, ya que su preparación es sencilla. La lubina es rica en vitaminas de grupo B y baja en grasas. Este pescado blanco pertenece al grupo de los pescados denominados semigrasos.

“La cantidad y calidad de proteínas es muy similar al de la carne pero con la ventaja de que el pescado aporta menor calorías, por lo que resulta muy interesante incorporarlo en la dieta de control de peso. 100 gramos de porción comestible de lubina cruda nos aporta 98 Kcal y tiene 19 g de proteínas, que son de gran valor biológico, porque contiene todos los aminoácidos esenciales. Además la proteína del pescado es más digerible que la de la carne”, explica la nutricionista Marta Sanz.

Es muy importante el aporte de proteína en la dieta, ya que es uno de los nutrientes más necesarios para el funcionamiento del organismo.

«Son los principales elementos estructurales de las células y tejidos del organismo, es decir, se encargan de la construcción del cuerpo humano y son la base sobre la que se forman los huesos y los músculos», explica Maite Navarro Fayos, del departamento de Tecnologías de Producto y Procesos de AINIA.

También contiene fósforo, magnesio y potasio. El fósforo es un mineral que está presente en los huesos y dientes, interviene en la actividad muscular y en los procesos de obtención de energía. El magnesio mejora la inmunidad y el potasio es un mineral necesario para el sistema nervioso.

Este alimento se puede incluir en la dieta de los niños, ya que las espinas son grandes y se retiran con facilidad. Además, entre sus aminoácidos está la lisina, que es importante para el crecimiento infantil.

Su contenido en vitaminas de grupo B colabora con el funcionamiento del sistema nervioso. Este alimento regula el estado de ánimo, gracias al triptófano.

Otro de los beneficios es que sus ácidos grasos ayudan a la prevención de enfermedades cardiovasculares y mejoran las enfermedades inflamatorias. La lubina destaca por su alto contenido en ácidos grasos omega 3, que ayudan a mejorar la salud del corazón y reducen el colesterol.

“Los ácidos grasos del pescado están relacionados con la reducción en enfermedades cardiovasculares. En investigaciones recientes se apunta que también pueden ser útiles en enfermedades inflamatorias, de coagulación, enfermedades degenerativas como el Alzheimer y también disminuye el poder trombótico de la sangre”, dice Sanz.

Con este pescado puedes disfrutar de una cena sencilla y ligera. Pasa sus filetes por la plancha y añade un poco de estragón. También pueden freírse unas láminas de ajo y luego echa el aceite con los ajos y unas gotas de limón sobre los lomos.

Para acompañar puedes escoger un salteado de brócoli y zanahoria, una escalibada, una ensalada, una patata asada o una sopa de verduras. Si no sabes limpiar la lubina pídele al pescadero que te la limpie. Así, evitarás cortes, ya que tiene partes que si lo desconoces te las puedes clavar.

El Confidencial informa que «el pescado fomenta el sueño, dado que contiene ácidos grasos omega 3, sobre todo el azul, que aumentan los niveles de serotonina (hormona inductora del sueño). Así lo evidenció un estudio publicado en la revista ‘Scientific Reports’, donde se aseguraba que las personas que lo consumían con frecuencia sufrían menos alteraciones a la hora de dormir y, por lo tanto, disfrutaban, como se suele decir, de un sueño reparador».

VALORES NUTRICIONALES (POR CADA 100 G DE LUBINA)

Calorías: 85,95.

Proteínas: 18 gr.

Grasas: 1,3.

Hierro: 1,1 mg.

Magnesio: 26 mg.

Potasio: 255 mg.

Fósforo: 210 mg.

Zinc: 0,80 mg.

B1 o tiamina: 0,11 mg.

B2 o riboflavina: 0,16 mg.

B3 o niacina: 6,7 mg.

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