El V Observatorio sobre Hábitos Nutricionales y Estilos de Vida de las Familias ha descubierto que los niños que siguen una alimentación saludable mejoran sus notas. Los resultados se han obtenido a través de 1.038 entrevistas «online» y de un diario de consumo a familias con hijos de 3 a 12 años.
En este estudio colabora el psiquiatra Rafael Casas, experto en promoción de hábitos de salud y en obesidad infantil. Debes saber que un niño come de forma saludable cuando incluye en su día a día, el consumo de fruta natural y verduras frescas y, al menos una vez a la semana, el de legumbres, pescados y frutos secos.
En el menú es muy importante utilizar aceite de oliva virgen extra y que el pequeño beba mucha agua. Según el informe, un 32% de los niños
españoles saca sobresaliente en lenguas o ciencias, pero si siguen una dieta saludable esta cifra asciende al 46%.
El 28% de los niños se muestra contento con sus tareas escolares, sin embargo, el porcentaje se eleva al 42% entre aquellos alumnos que se alimentan mejor. Un dato muy curioso es que el 84% de los niños que come bien no le cuesta ir al colegio.
«Independientemente de otros factores que inciden en este desarrollo como la genética o el ámbito socioeconómico , es muy importante que, junto al bienestar emocional, el niño disponga de una dieta saludable con todos los nutrientes que contribuyen a este proceso cognitivo que determina la capacidad de concentración, atención o memoria y el aprendizaje», informa Casas.
Los padres deben transmitir al niño la importancia de una alimentación saludable.
Los profesionales de Serlicoop explican que también pueden asistir a talleres de alimentación saludable.
Otro dato del estudio es que el 69% de los padres sabe que los hijos necesitan tres raciones de fruta, pero únicamente el 17% ofrece esas raciones.
En esta investigación se ha comprobado que los niños que siguen una alimentación equilibrada obtienen mejores notas, tienen mejor actitud y son también los que suelen hacer actividad física regularmente.
La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria explica que puedes hacer meriendas saludables. Para ofrecer alimentos sanos prepara bocadillos con cualquier variedad de queso, atún, tomate, aguacate, etc. Estos profesionales informan que «el jamón cocido y otros embutidos son carnes procesadas y se recomienda evitar su consumo».
Los expertos explican que la alimentación infantil es fundamental para que los niños crezcan de forma saludable. Durante los seis primeros meses de vida del niño, la lactancia materna es el alimento exclusivo para el bebé, porque la leche materna contiene sustancias y anticuerpos para proteger al recién nacido.
La fruta es muy beneficiosa para los niños, porque aporta vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes. Si el pequeño tiene entre uno y dos años, se recomienda que consuma al menos dos porciones de verduras al día.
El consumo puede aumentar a tres porciones diarias cuando el niño tiene entre dos y cinco años. Si el menor tiene falta de carbohidratos en su dieta, puede sufrir episodios de mal humor o de desánimo.
Si tiene cuatro años debe consumir unas cuatro raciones semanales de cereales. Los cereales que puede probar son: maíz, arroz, avena, trigo, pasta, harina y pan.
Otros dos alimentos que son fundamentales son la carne y el huevo. Los niños de 1 a 3 años deben comer dos raciones de carne o huevo al día, y los pequeños de 4 a 5 años deberán ingerir una ración diaria. El huevo aporta una gran fuente de proteínas, contiene pocas grasas y ayuda al crecimiento de los más pequeños.
También es importante que tomen yogur porque es beneficioso para el correcto desarrollo de los huesos y disminuye las diarreas. Además, contiene calcio, vitaminas del grupo B , magnesio, fósforo y zinc.
La Organización Mundial de la Salud informa que España es el tercero en toda Europa con mayor prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil, tras Grecia e Italia.
No es aconsejable forzar a comer ni tampoco a que no lo haga, lo mejor es que aprendan a alimentarse solos y que disfruten con la comida. Para conseguirlo crea recetas e ingredientes diferentes, aunque el pequeño también puede elaborar el plato.
Varios estudios han comprobado que los niños que preparan su propia comida consumen más cantidad de verduras que aquellos que no cocinan.
Aunque no le guste comer verduras, si manipula los vegetales y prepara el plato con estos ingredientes, le ayudará a romper esa barrera, y se animará a probarlos.
¡Para que el menor se alimente de forma correcta y saludable es muy importante seguir las recomendaciones de los profesionales!