Sólo los verdaderos amantes de los viajes por carretera entenderán lo mucho que se puede llegar a disfrutar durante un trayecto de 12 horas de coche o autocaravana, y más aún cuando ese trayecto se hace en jornadas de 4 horas de viaje, pero yo os puedo decir que disfruté muchísimo y todo salió a pedir de boca a pesar de los problemas que tuvimos antes de arrancar el motor.
Mi familia tiene una autocaravana desde 1999. Está totalmente desfasada pero le tenemos muchísimo cariño y nos ha dado muy buenos momentos. Tiene cama para 5 personas, una pequeña cocina, sala de estar y un aseo. Lo más básico la verdad, pero a mí me encanta. Además, como está muy bien cuidada, a pesar de tener 20 años está muy buen estado.
Estas pasadas Navidades estuvimos preparando un viaje por todo el norte de España, para ver pueblecitos nevados y tomarnos las uvas en algún espacio recóndito y típico de postal, pues siempre son esos los mejores lugares con diferencia. Todo estaba planeado, y a una semana antes de salir de viaje la autocaravana empezó a fallar, el motor no arrancaba y el mecánico nos dijo que estaba “caput”, muerto… totalmente. Por lo visto salía más barato comprar un motor nuevo que arreglar ese.
Al principio pensamos que ese era el fin de las vacaciones planeadas, y probablemente el de muchas más, pero decidimos que ese contratiempo no iba a fastidiarnos las Navidades y buscamos información para alquilar una caravana en condiciones. La verdad es que pensaba que saldría más caro pero en Caravanas-Cruz vimos que la relación calidad precio era óptima así que, casi un día y medio antes de salir camino al norte, alquilamos una autocarava con calefacción y empezamos la aventura.
Una gran experiencia
El viaje fue tan divertido como lo habíamos imaginado, probablemente incluso mejor de lo que pensábamos después de toda la odisea, y vimos algunos paisajes magníficos: Arties, Ezcaray y Cerler se han convertido en mis favoritos.
Y es que el norte de España no tiene nada que ver con el sur. En mi opnión es como si cambiáramos de país, o al menos eso me parece a mí, es pasar de ver un secarral en la mayoría de las áreas a ver verde, es pasar de 20 grados a 4, y de no haber visto la nieve en tu vida a que ésta te llegue hasta la altura de la rodilla. Un cambio brutal.
Además, en nuestro caso, poder ir en autocaravana visitando estos diferentes y pequeños pueblos hacen del viaje un momento mucho más especial pues sería muy complicado hacer estas visitas si hubiéramos venido en tren, o en avión, y probablemente nos habríamos perdido la mayor parte del encanto.
Ahora el dilema está en qué hacer con nuestra vieja autocaravana. Mi hermano quiere comprar un motor reconstruido en Motores Reconstruidos HIA, una empresa de importación de motores y culatas reconstruidas que puede conseguirnos un buen motor reconstruido, con garantías, a un precio muy económico. Yo estoy con él porque comprar un motor nuevo no merece la pena pero tampoco quiero desechar la autocaravana… demasiados recuerdos ahí dentro como para perderla… Pero mis padres creen que saldría más rentable comprar una nueva o de segunda mano.
Sea como sea mis viajes por carretera no van a acabar hoy, ni mañana, y os los recomiendo totalmente. Eso sí, con una buena planificación.