Si bien las ventanas de PVC se han puesto de actualidad, las de aluminio se siguen instalando a día de hoy. ¿Qué diferencias existe entre ambas? ¿Cuál es la más apropiada para nuestro hogar?
Tanto las ventanas de aluminio como las de PVC tienen sus pros y sus contras. Mientras la ventana de PVC nos ofrece un aislamiento térmico superior, las de aluminio son más duraderas y soportan una mayor superficie de cristal.
Los instaladores de Crear Sur, una empresa de Granada especializada en la instalación de cerramientos y aislamientos, nos indican que las modernas ventanas de PVC crean un aislamiento térmico y acústico casi perfecto. Reduciendo el consumo de energía en los hogares y el efecto procedente del ruido exterior.
Durante varias décadas el aluminio fue el rey indiscutible en el cerramiento de viviendas y negocios. No había obra que se preciara, que no contara con un taller de carpintería de aluminio. Los hoteles y edificios de oficinas que se construyeron a finales del siglo pasado y principios de este, no se podrían haber levantado sin la utilización de marcos de aluminio. Esas fachadas, casi por completo acristaladas, se podían sustentar gracias a las estructuras de metal
El aluminio ofrecía grandes posibilidades. Podías cerrar en poco tiempo la terraza de un piso y convertirla en una habitación cubierta o cubrir la terraza de un bar – restaurante, aumentando los metros útiles del establecimiento, sin obstaculizar la entrada de luz exterior.
Sin embargo, las ventanas de aluminio presentaban importantes carencias. Como metal que es, el aluminio es un conductor del frío. Por tanto, la temperatura que hay en el exterior se pasaba al interior. Se necesitaba más energía para calentar una habitación.
Las ventanas de PVC ya existían durante la primera década de este siglo. El problema radicaba en que era un producto caro, por lo que los constructores seguían recurriendo al aluminio. El auge de las ventanas de PVC se ha producido gracias a la firme voluntad de la Unión Europea por mejorar la eficiencia energética de los edificios, lo que ha hecho que aumente la fabricación de ventanas de PVC y se subvencione su instalación. A pesar de ello, el aluminio sigue presente en muchas construcciones públicas y privadas.
Diferencias entre las ventanas de aluminio y de PVC.
La web de la cadena Leroy Merlín nos dice que las ventanas de PVC son un aislante térmico notablemente superior a las de aluminio, si bien tienen una vida útil menor. No nos abrumemos. Una ventana de PVC de calidad estándar puede estar perfectamente operativa durante 50 años.
Lo que le sucede al PVC, cosa que no le pasa al aluminio, es que con el tiempo, los marcos pueden ir cediendo al peso del cristal y a la presión de agentes externos como el viento. Haciendo que, pasadas unas décadas, los perfiles terminen expandiéndose y presentando fisuras.
La principal diferencia entre el PVC y el aluminio está en el poder aislante. El PVC es 1000 veces mejor aislante térmico que el aluminio. De hecho, el PVC es uno de los materiales más aislantes que se utilizan en la construcción, presente con frecuencia en canalizaciones y tuberías.
El PVC es un material plástico, derivado del petróleo, 100% reciclable, que actúa creando un muro aislante, que separa radicalmente la temperatura exterior de la interior. Por otro lado, el aluminio es un conductor de la temperatura, promoviendo un equilibrio térmico que hace que el frío o el calor de la calle entre en nuestro hogar. Algo que se ha intentado corregir con la Rotura de Puente Térmico (R.P.T.), de la que hablaremos más adelante.
Esta característica del aluminio hace que sea más propenso a crear espacios de condensación. Lo podemos ver cuando por las mañanas temprano, en invierno, apreciamos los cristales de la casa empañados. La diferencia entre la temperatura de la casa y la de la calle ha hecho que se forme vaho que se concentra en los cristales. La condensación no solo tiene un efecto estético, sino que crea bolsas de humedad en la que pueden proliferar bacterias y hongos que a la larga puedan ser dañinos para nuestra salud. Una de las principales causas de la aparición de humedades en los hogares es la condensación.
El aluminio tiene un perfil más delgado que el PVC. Por lo que permite mejor el paso de la luz. Presenta, a su vez, un diseño más lineal y menos llamativo. Los marcos de PVC son más gruesos y aparatosos.
Una de las diferencias que siempre ha presentado el PVC respecto al aluminio era el tema del precio. En estos momentos es casi inapreciable. Las ventanas de aluminio, para ser eficientes energéticamente, hay que dotarlas de R.P.T., lo que encarece considerablemente su coste. Entre ventanas de PVC y de aluminio que presenten el mismo nivel de prestaciones, nos pueden salir más económicas las de PVC.
La Rotura de Puente Térmico en las ventanas de aluminio.
La Rotura de Puente Térmico (R.P.T.) fue el adelanto tecnológico que transformó la fabricación de ventanas de aluminio.
Se trata de un material aislante, generalmente goma, que se instalan dentro de una cámara interna del marco y que rompe la transmisión de temperatura que suele generar este metal. Hay expertos que señalan que es una medida insuficiente, mientras que otros fabricantes opinan que un buen R.P.T. hace que una ventana de aluminio presente el mismo aislamiento térmico que una ventana de PVC. Como sucede con otros materiales de construcción, en el R.P.T., también existen calidades.
La Asociación Española del Aluminio A.E.A. opina que la eficacia aislante de una ventana no viene determinada por el marco, sino por el cristal. La transmitancia térmica, valor que mide la transferencia de temperatura de un ambiente a otro, del exterior al interior, está determinada por la superficie.
En una ventana, el marco ocupa como mucho el 20% del cerramiento. Representando el 80% restante el acristalamiento. Es el cristal de la ventana lo que nos va a permitir aislar tanto térmica como acústicamente la vivienda.
El cristal es el elemento que frena, en lo principal, la transmisión de ondas sonoras, ya que actúa como un amortiguador. Lo podemos ver en las emisoras de radio. La sala de control de sonido está separada de la zona de micrófonos por medio de una pecera de cristal, para impedir que el ruido interfiera en el trabajo del técnico de sonido.
Esto nos hace pensar que a la hora de cambiar las ventanas de nuestra casa debemos atender al acristalamiento tanto como al material de los marcos, En el mercado hay ventanas, de aluminio y de PVC, que presentan un triple cristal. Lo cual nos va a proporcionar un gran aislamiento térmico y acústico, mejorando la confortabilidad del hogar.
El PVC, un cerramiento subvencionado.
Aunque la ley no lo estipula expresamente, la sustitución de ventanas antiguas por unas nuevas de PVC está subvencionada por el gobierno. A través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiado por medio de los Fondos Next Generation de la Unión Europea y gestionado por las comunidades autónomas.
Si la obra realizada representa un ahorro de un 30% de energía no renovable o una disminución de un 7% en la demanda de la refrigeración y calefacción de la casa, el gobierno ofrece una ayuda directa de entre el 20 y el 80% del coste de la instalación. Esto, además de una desgravación del 20% de los gastos en la declaración del impuesto del I.R.P.F. del año en que se instaló.
Respecto al ahorro energético, se calcula en función de unos baremos técnicos que suelen conocer los instaladores.
La forma en la que se solicita y recibe la ayuda varía de una comunidad autónoma a otra, ya que se trata de una competencia delegada. Con frecuencia, suelen ser los mismos instaladores los que gestionan la solicitud.
Existe un compromiso expreso por parte de la Unión Europea por alcanzar los objetivos medioambientales de la Agenda 2030. Un acuerdo aprobado por la O.N.U. en el que se pretende reducir el impacto de la vida humana sobre el planeta e instaurar modelos de economía sostenible. En este aspecto, Europa pretende alcanzar para la década siguiente el equilibrio energético. Es decir, que la energía consumida tenga 0 impacto sobre el planeta.
Esto nos obliga a reducir el consumo energético, al tiempo que cada vez una mayor cantidad de la energía que consumimos no procede de combustibles fósiles, sino de energías renovables.
La instalación de cerramientos eficientes energéticamente como las ventanas de PVC están en sintonía con fenómenos que estamos viendo últimamente como la instalación de paneles solares en los edificios o el auge de los coches eléctricos.
Una medida que a la vez que cuida el planeta, puesto que necesitamos menos energía para climatizar nuestro hogar, beneficia nuestro bolsillo. Ya que a medio plazo ahorraremos dinero en el recibo del gas y de la luz.
Antes de cambiar las ventanas de nuestra casa es conveniente que el instalador nos informe bien de las prestaciones que nos ofrece cada opción, para que podamos elegir la más adecuada.