Por qué aparece el alzhéimer.

Apoyo contra el alzhéimer

Parece que el alzhéimer es una de las enfermedades de nuestro tiempo. Un proceso neurodegenerativo, sin cura conocida, que afecta a millones de personas en todo el mundo en su etapa final de vida. En este artículo vamos a ver en qué consiste esta enfermedad, sus fases de desarrollo y las causas que lo producen.

Según la Organización Mundial de la Salud, entre 33 y 38,5 millones de personas sufren alzhéimer en todo el mundo. Supone el 70% de las demencias. La OMS calcula que cada año se diagnostican 10 millones de casos nuevos. Una cantidad que se prevé que irá creciendo paulatinamente debido al envejecimiento de la población.

En España hay más de 800.000 casos de alzhéimer diagnosticados, según la Asociación de Alzhéimer de España. Ocupamos el 6º lugar del mundo en cuanto a número de afectados por cada 1.000 habitantes y el tercero de Europa. A la cabeza se encuentran países como Estados Unidos, China y Reino Unido.

El alzhéimer no es un problema de las sociedades más desarrolladas. Países de América Latina como Perú, Guatemala y Nicaragua han experimentado un aumento significativo de casos en las últimas décadas.

Parece que ahora hay más casos de alzhéimer que antes, pero no es debido a cambios ambientales, ni de estilo de vida; sino por el aumento de la esperanza de vida, por el envejecimiento de la población y por un avance de los medios tecnológicos, principalmente de las herramientas de diagnóstico, que permiten detectar más casos, con mayor precisión y en etapas más tempranas.

El neurólogo Dr. Pablo Casariego, director de la Clínica Nea de Madrid, una clínica multidisciplinar, que presta servicios sanitarios en diferentes disciplinas como neurología, noero-psicología, psiquiatría y psicología clínica, opina que cuando se detectan los casos de alzhéimer hay que brindar una atención completa a los pacientes y a su entorno familiar directo. El objetivo es mejorar las condiciones de vida del enfermo y ralentizar todo lo que se pueda la enfermedad.

¿En qué consiste el alzhéimer?

La página web alzheimers.gov, editada por el Instituto Nacional del Envejecimiento de EE.UU., afirma que el alzhéimer no es una consecuencia natural del avance de la edad, pero está íntimamente ligado a él.

Años atrás de descubrir los primeros síntomas, el enfermo empieza a sufrir cambios complejos en el cerebro que originan la perdida de neuronas y dificulta la conexión entre las mismas. El daño en esta enfermedad es acumulativo y progresivo.

Los cambios en el cerebro afectan a la memoria, a la capacidad de razonamiento, a tener buen juicio, y con el tiempo, a poder realizar actividades cotidianas.

Los síntomas de la enfermedad varían de una persona a otra, así como en las distintas etapas de desarrollo.

En las primeras etapas pueden aparecer problemas para comunicarse. Dificultad para encontrar las palabras adecuadas para transmitir una idea o un mensaje. Es importante hacer la comparación de la persona afectada con otras personas de su edad, así como de la capacidad de expresión que tradicionalmente ha tenido el individuo.

También suelen apreciarse cambios en el comportamiento. Un mayor retraso en la finalización de tareas cotidianas, atascarse a la hora de hacer pagos con dinero en efectivo o perder u olvidar cosas en lugares inusuales.

Como vemos, son cosas que le pueden pasar a cualquiera, solo que en el caso de estos enfermos se va haciendo cada vez más habitual. Esto hace que la enfermedad sea difícil de detectar en sus etapas primeras.

Cabe destacar que la evolución del alzhéimer no se da igual en todas las personas. Pudiendo llegar a desarrollarse, incluso, durante décadas.

Las etapas de la enfermedad.

La página web de la Fundación Pascual Maragall, una fundación que destina sus fondos a la investigación del alzhéimer y que creó el político catalán Pascual Maragall, exalcalde de Barcelona y expresidente de la Generalitat, después de que le diagnosticarán esta enfermedad, establece 7 fases claramente diferenciadas. Son las siguientes:

  • Fase 1. La normalidad. Esta es una fase en la que el sujeto se encuentra sano. Tiene las facultades cognitivas esperables a su edad. Los investigadores la tienen en cuenta para tener un punto de referencia.
  • Fase 2. Deterioro cognitivo subjetivo. Aparecen sutiles pérdidas de memoria, que en un principio no llaman la atención y que solemos atribuir a la edad.
  • Fase 3. Deterior cognitivo leve. En este momento es cuando aparecen las primeras desorientaciones. El enfermo se pierde en recorridos que está acostumbrado a realizar. Presenta dificultad para acordarse de los nombres y de algunas palabras.
  • Fase 4. Demencia leve. En esta etapa el enfermo tiene dificultades para poder gestionar sus finanzas o para poder planificar un viaje. Le cuesta recordar hechos recientes y presenta confusión a la hora de contar su vida.
  • Fase 5. Demencia moderada. El sujeto tiene las primeras dificultades para realizar las tareas cotidianas: vestirse, asearse, comer. Por ejemplo, puede olvidarse de cómo se coge un cubierto. Presenta desorientación física y temporal. Aunque aún reconoce a sus allegados e identifica a las personas de su familia.
  • Fase 6. Demencia moderadamente grave. Aquí el enfermo necesita ayuda para poder vestirse y para asearse. No puede controlar los esfínteres. Olvida los nombres de las personas cercanas. A medida que esta fase avanza presenta problemas de ansiedad, de agresividad y alucinaciones. La mayor parte de los casos de alzhéimer se detectan entre las fases 5 y 6, cuando ya la enfermedad está bastante avanzada.
  • Fase 7. Demencia grave. Esta es la etapa final. Poco a poco, el enfermo va perdiendo la capacidad de hablar y de comunicarse. También va a necesitar ayuda para comer, a veces se le olvida, caminar o mantenerse erguido.

Las causas.

Hay que señalar que el origen del alzhéimer continúa siendo un misterio para la comunidad médica. No se sabe a ciencia cierta qué causas lo originan, ni que condicionantes hacen que en unas personas se desarrolle más rápido que en otras.

Lo que sí se sabe es que en los casos de alzhéimer detectados en las primeras fases es más fácil ralentizar la evolución de la enfermedad y se puede mejorar la calidad de vida del enfermo.

Parece ser que los cambios que se producen en el cerebro, relacionados con la edad, es uno de los factores decisivos en la aparición de la enfermedad. Nos referimos al encogimiento del cráneo o la inflamación en las estructuras cráneo-faciales que provocan daños en los vasos sanguíneos que abastecen o circulan por el cerebro. Esto va a hacer que el nivel de oxígeno y de nutrientes que lleguen a este órgano disminuya.

El factor genético es otro de los condicionantes que tienen bastante peso en la aparición del alzhéimer. Nos referimos a genes heredados, personas que tienen antecedentes de demencias en la familia, o que han sufrido modificaciones genéticas. El alzhéimer heredado explica muchos de los casos de alzhéimer prematuro. Es decir, personas que experimentan las primeras fases de la enfermedad entre los 30 y los 65 años. Por otro lado, las personas con síndrome de Down tienen bastantes probabilidades de sufrir alzhéimer a partir de los 40 años.

Tener otros problemas de salud, o ambientales, influyen en la aparición y desarrollo de la enfermedad. Nos referimos a haber sufrido accidentes cardiovasculares, tener la presión arterial alta, padecer diabetes, obesidad o haber estado expuesto durante periodos de vida a agentes contaminantes.

Por lo general, en la mayoría de los casos suelen confluir varios de estos factores.

El papel del cuidador.

En mi opinión, el mejor sitio donde puede estar un enfermo de alzhéimer, al menos hasta que la fase 6 esté bastante desarrollada, es en su casa, al cuidado de una persona de confianza que lo quiera y se preocupe de él.

Los enfermos de alzhéimer necesitan un entorno tranquilo y acogedor. Son conscientes de sus limitaciones y eso les pone nerviosos.

Esto requiere mucha exigencia por parte del cuidador. Las personas que cuidan estos enfermos están dedicadas en exclusiva al cuidado. El enfermo de alzhéimer, a medida que avanza la enfermedad, necesita a alguien a su lado las 24 horas del día. Llega un momento en que no pueden valerse por sí mismos.

Ahora bien, el desarrollo de la fase 6 llega a alcanzar momentos delicados. Situaciones difíciles de gestionar. Aparecen las alucinaciones, se dispara la ansiedad e irrumpe la agresividad. Hasta el punto que el enfermo es capaz de agredir a su cuidador.

Este es el momento de plantearse el traslado del enfermo a un centro especializado.

Se habla mucho de los enfermos de alzhéimer, de cómo frenar la enfermedad y de cómo propiciarle los mejores cuidados posibles. Pero el estado mental y psicológico del cuidador es decisivo,  no se puede desatender.

Aparte de la carga emocional que representa ver cómo una persona a la que quieres va degradándose poco a poco, está toda la exigencia de trabajo que implica dejarlo todo para dedicarte solo al enfermo.

El alzhéimer, por la incidencia que tiene, se está convirtiendo en un problema social. Algo para lo que hay que buscar soluciones, tanto para los enfermos como para los que están a su lado.   

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