La cultura española es sumamente rica en lugares para visitar, gastronomía, música y baile, siendo uno de sus grandes emblemas, el flamenco, o sus representaciones más buscadas por turistas, los tablaos.
Aunque quizá estos nos eran tan usuales en tiempos de antaño, hoy en día si que son la forma más común que está conservando esta pieza cultural, y la más eficaz a la hora de promoverla entre visitantes de todos lados que vienen para disfrutar una probadita de ese zapateo y ese cantar que tan famoso hace al suelo español.
Por supuesto, hay una historia que contar detrás de la fuerza y el jolgorio de su música y pasos de baile, y es que, aunque muchos no hayan pisado nunca un tablao (al menos en cuanto a locales hablamos) la verdad es que es una actividad que no se debe dejar de lado. Debe formar parte de la lista de cosas por hacer de todo el que venga de visita, y debe estar dentro del conocimiento cultural de todo el que viaja en estas tierras. En este artículo te contamos por qué.
¿Qué es un tablao flamenco realmente?
Antes de presentarte las diferentes razones de por qué tienes que ir a un tablao al menos una vez en la vida, queremos hablarte un poco sobre lo que verdaderamente representa este arte y cual fue su origen.
Tablao flamenco se le dice al local en el que suelen tener lugar los espectáculos flamencos y que poseen un ambiente con referencias a este arte andaluz, y que algunas personas más bien se suelen referir a ellos como “templos flamencos”.
Así, los tablaos representan una forma de mantenimiento y difusión del arte flamenco en la actualidad, el cual fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2010 ( de ahí la importancia de que no le dejemos morir).
Características de un tablao flamenco
Entonces, estos lugares reciben específicamente el nombre de tablao ya que la tarima sobre la que actúan los artistas es de madera, el cual es le material perfecto para hacer ese ‘zapateado’ propio de este arte y porque ayuda a proteger las articulaciones de los bailaores.
Por lo general, se trata de lugares que son muy íntimos y concentrados, de forma que el público sienta que está viviendo una experiencia muy privada, muy íntima, y que se sienta parte de la pieza de flamenco que va a admirar.
Estos lugares cuidan mucho cada detalle, desde la distribución de los asientos en función del escenario, la iluminación y por supuesto todo los aspectos del show de flamenco (música, vestuario, bailadores, etc.) . Uno de los aspectos más importantes siempre es la acústica, ya que incluso el suelo debe transmitir un sonido de calidad, limpio y potente, para poder escuchar nítidamente el taconeo de los bailaores y bailaoras, porque forman parte de la interpretación y la percusión del flamenco.
La historia del tablao flamenco: de la intimidad al público
El tablao flamenco ha existido desde tiempos inmemoriales, sin embargo, como todo tiene un punto de origen. La historia de los primeros tablaos que se conocen data del siglo XX, cuando nacen como sustitutos de los antiguos cafés cantantes.
Estos cafés eran los lugares de reunión originarios que ofrecían espectáculos flamencos a sus comensales, lo cual, de hecho, ya era de por si un lujo, pues los actos flamencos solían estar restringidos a celebraciones familiares o a actuaciones improvisadas en tabernas y locales de la época.
Estos Cafés podían encontrarse en Cádiz, Sevilla y Madrid, aunque luego se extendieron por toda la Península y de ellos salieron los grandes exponentes del arte conocidos a través de la historia, al menos en su época de aprendizaje.
Pero, a partir de 1910, los Cafés Cantante fueron desapareciendo, dando paso a otros negocios de igual índole y que luego conoceríamos como tablaos. Así, ya por los años 60 es que estos alcanzan su cúspide, al mismo tiempo que lo hace el mismo flamenco, convirtiéndose en un arte universal con Andalucía como principal región de referencia.
Razones para asistir a un tablao al menos una vez en la vida
Si la rica historia cultural que yace detrás de los tablaos y su objetivo de difundir y preservar este hermoso y apasionante arte no es suficiente para hacerte ir a ver tu primer espectáculo de flamenco en un tablao. Aquí te presentamos otras razones de la mano de Tabanco El Pasaje, espectáculos de flamenco todos los días:
- El ambiente. Este tipo de locales tiene un ambiente muy íntimo que invita a sentir una cercanía con los bailarines y con el acto de flamenco en sí, además que es una atmosfera muy cargada de la cultura de Andalucía (y España en sí) que es una delicia si quieres sumergirte en lo mejor del territorio español.
- Por las sensaciones. La guitarra, las voces, el taconeo y las palmas tienen el poder de conseguir que tu como asistentes te involucres por completo en el espíritu del espectáculo, sintiéndolo muy dentro de ti, al menos si se trata de un buen show.
- Porque es cultura. No puedes decir que has visitado un lugar (o que perteneces a él) si no has experimentado su cultura, y no hay experiencia más propia de la tierra española que un buen espectáculo de flamenco en uno de estos lugares tan conocidos. De hecho, en algunos lugares de España es una parada obligatoria, como en el caso de Andalucía en donde no hay cosa más autóctona que las veladas que se improvisan en torno a un tablao en Triana. Por lo que si quieres decir que de verdad te adentraste en el corazón de este lugar, tienes que haber ido a al menos uno.
- Por la gastronomía. La experiencia de un buen tablao no está completa si no puedes degustar de la rica gastronomía del lugar, por ejemplo, un buen vino de Denominación de Origen, o una deliciosa tabla de jamón ibérico acompañada de fresco queso manchego y otros manjares propios del país.
- Por el ritmo. Las primeras notas de la guitarra son suficientes para transmitir el sentimiento de cualquiera de los palos de flamenco que se interpreten. Seas muy fan de este estilo musical o no, te aseguramos que en un tablao se te meterá el ritmo por las venas.
- Por su originalidad. Aunque abundan muchos tablaos muy comerciales y turísticos que de verdad no son de calidad y no representan la cultura de Andalucía, cuando se escoge un buen tablao puedes vivenciar un espectáculo realmente exclusivo y lleno de personalidad. Incluso, hay muchas ofertas que aunque preservan la esencia del arte desde sus orígenes, agregan algún que otro elemento personalizado y propio que lo vuelve una pieza totalmente única.
- Por la evasión. Es un entretenimiento y un momento de ocio que te aleja por completo de todo lo que está sucediendo puertas afuera, siendo un perfecto escape a la rutina del día a día.
Diferencia entre un tablao y un teatro flamenco
Hoy en día se ha comenzado a escuchar un nuevo termino referente al disfrute del flamenco, “el teatro flamenco”. Este es un concepto mucho más moderno, en donde el espacio escénico adquiere unas dimensiones mayores, y los efectos visuales propios de un teatro. Además que involucra al espectador hasta el punto que es responsable de cualquier estimulo externo que pueda distraer del arte ante sus ojos.
Aún hay muy pocos lugares en España en donde se puede disfrutar de este arte, pero los pocos que hay basan sus obras flamencas en los bailes y cantes andaluces. Pero, todos buscan promover el conocimiento y reconocimiento del flamenco “como lenguaje sentimental de un pueblo” Cristina Heeren, o como defendía Salvador Távora “Recuperar la dignidad de los cantes y bailes es recuperar la dignidad de un pueblo”.
Aquí, el espectáculo flamenco sigue un guion, casi como una obra de teatro tradicional, y quizá sea lo que de aquí a unos años sustituya a los tablaos, como un vez estos sustituyeron a los Cafés cantantes.
Lo que si queda claro es que el flamenco, o al menos su forma de difusión ha ido diseñándose cada vez con más mimo, pasando de ser demostraciones improvisadas y espontaneas que se daban entre familia y en las tabernas, a los espectáculos mas elaborados que vemos hoy en día en los tablaos y luego, en completas obras teatrales con actores, efectos, vestuario, producción, etc. Eso sí, con la comida y bebida siempre presente, acompañando con su delicioso sabor esta experiencia sensorial.
En fin, hablamos del disfrute de un arte de emblemática envergadura para un país entero, que ha ido evolucionando través de los tiempos y manteniéndose en las tradiciones más añoradas, y que seguirá sorprendiéndonos en los años venideros aun en los escenarios, aún en los tablaos, quizá en los tetaros y que seguirá siendo uno de los sellos turísticos más apreciados del país.