No todos los muebles son salvables. A veces heredamos muebles de los años 80 que, por muy buenos que fueran, no pegan ni con cola con nuestro salón, comedor o dormitorio. Y es que la realidad es que actualmente el mobiliario grande, robusto y en tonos madera oscura que se llevaba antaño ahora no hay por donde cogerlo. Es posible que en unos años sean moda de nuevo, o que sean lo nuevo “vintage” ¿quién sabe? Pero hoy por hoy es muy difícil combinarlos.
No obstante, hay otro tipo de muebles, heredados o no, que debido a las tendencias actuales pueden quedar perfectos en muchísimos rincones de la casa. Por ejemplo, ¿quién me diría a mí que querría comprar un aparador de segunda mano, que recuerda en parte a los que vemos en las películas de época, para restaurarlo e instalarlo en la entrada de mi piso? Pues yo no lo habría imaginado ni por asomo porque lo que a mí me va es el mueble moderno, sencillo, en tonos claros y minimalista, muy del estilo nórdico la verdad, y sin embargo estoy encantada con mi nueva entrada.
Del mismo modo, y teniendo en cuenta el precio de algunos muebles auxiliares, jamás habría pensado que pasaría horas restaurando una pequeña mesa de esas que se ponen frente al televisor, más que nada porque la última que tuve me costó 30 euros en Ikea y por ese precio no me merece la pena perder horas de mi vida ni dinero en herramientas para repararla. Pero, de nuevo, lo hice, y estoy encantada.
La restauración de mobiliario es algo que debemos tener muy en cuenta hoy por hoy por diversos motivos:
- Reciclaje: si reutilizo estoy poniendo mi granito de arena para salvar el planeta. Más nos vale marcarnos a fuego esa premisa si queremos que el cambio climático destroce el menor número de vidas posible, humanas, de animales o de especies de plantas.
- Tendencia: puede que antes no estuviera a la moda pero actualmente tener algunos elementos vintage pueden dar a tu vivienda un toque muy especial y elegante. Sobre todo si los adaptas al estilo más actual.
- Economía circular: si restauro, compro y vendo mis muebles, o cualquier otro producto dándole una segunda vida, estoy contribuyendo a la economía circular, poniendo de nuevo mi granito de arena para salvar este planeta y también ayudándome a ahorrar a mí misma y a los demás.
Pero ¿qué tipo de muebles se pueden restaurar? Pues en realidad podemos restaurar casi de todo, e incluso si el mueble está en perfecto estado y lo que no nos termina de gustar es su estética, podemos adaptarlo a nuestros gustos y hacerlo combinar con el resto de la estancia donde lo queramos instalar.
Mi experiencia
Hace unos meses mi madre vació la casa de campo de mi abuela, quien ya de por sí tenía muebles heredados de su madre así que imaginad la de años que podrían tener algunas de las cosas que había en su vivienda. Al principio pensé que no querría quedarme nada pero luego, conforme pensaba dónde podría utilizar según qué mueble, me di cuenta de que en realidad todo tenía múltiples posibilidades.
Lo primero que decidí quedarme fue una mesa pequeña, muy bajita, que tenía un frontal bastante estropeado pero que seguía siendo robusta y tenía un diseño que me encantaba para ponerla, concretamente, en un rincón de mi salón. Así que pensé, ¿cómo puedo restaurarla y arreglar ese frontal? Manos a la obra.
En ArteSpray me hice con un tinte de madera, imprimación en spray y barniz incoloro mate. A continuación os pongo los pasos que seguí para dejar la mesa como nueva:
- Lijé toda la mesa con una lija fina dándole suavemente.
- Retiré el “polvo” de madera que hice al lijar la mesa y la limpié bien para que no quedase nada que pudiera adherirse.
- Tras proteger toda la estancia para evitar desastres rocié toda la mesa con imprimación en Spray, para asegurarme de que lo que fuera a usar después quedase bien agarrado a la madera.
- Con la ayuda de una tela de algodón que no dejaba restos empecé a esparcir el tinte de madera a toquecitos leves, consiguiendo así que el resultado no fuese por igual en toda la mesa.
- Para acabar, di una buena capa de barniz incoloro mate con el fin de proteger la mesa de posibles golpes, líquidos o cualquier otra cosa que pudiera estropear mi creación.
Y no es por alardear, pero es una de mis mesas favoritas.
Después, y viendo que el resultado me había encantado, decidí quedarme con el viejo aparador de mi abuela y los pasos que seguí para restaurarlo fueron similares, aunque en esta ocasión utilicé también pintura a la tiza.
- Primero lijé todo el mueble.
- A continuación lo limpié a conciencia.
- Después le di una buena capa de imprimación.
- Pinté todo el aparador con pintura a la tiza de color blanco.
- Para proteger el mueble, en esta ocasión y por recomendación de un amigo, decidí darle dos capas de cera.
De nuevo conseguí un resultado magnífico. De hecho es tan bueno que a veces mis amistades y familiares dudan de mi palabra cuando les digo que he sido yo misma quien ha restaurado ambas piezas, lo que me cabrea bastante la verdad, pero estoy muy orgullosa de mi trabajo.
Hoy por hoy podemos restaurar casi cualquier mueble porque tenemos acceso a casi todos los productos y herramientas que necesitamos. Tal vez lo más complicado sea intentar restaurar un mueble cuando este esta infestado de carcoma, por ejemplo, porque hay que conseguir productos muy específicos para matar la carcoma y luego hay que tener mucha paciencia para poder restaurarlo y conseguir que no se vean los posibles defectos que haya provocado esa carcoma previamente. No obstante sé que es posible, porque he visto varios vídeos en YouTube sobre cómo eliminar la carcoma de los muebles, así que imagino que al final todo es ponerse.