Uno de los dolores que pueden traernos molestias a nivel de la boca es el trastorno de ATM. Lo bueno es que existen variedad de tratamientos para combatirle, incluyendo algunos ejercicios de fisioterapia que puedes practicar por tu cuenta y que te salvarán el día. Sigue leyendo y entérate de cuales son.
¿Qué es la articulación temporomandibular (ATM)?
Lo primero que debemos definir es que es la ATM y como sucede el trastorno de la misma. Cuando se habla de ATMN, el equipo especialista en salud bucal del Centro de Odontología Avanzada ZM explica que se hace referencia a la articulación temporomandibular (ATM) que es la que está formada por la parte superior de la mandíbula y el hueso temporal del cráneo. De forma que, dicho hueso actúa como una bisagra deslizante y, en algunos casos, puede presentar problemas derivados de los movimientos que realiza.
Esta está constituida por ligamentos, músculos, irrigación vascular y nerviosa, y se pueden distinguir dos partes principales:
- Parte articular del hueso temporal y parte superior del disco
- Parte inferior del disco y el cóndilo de la mandíbula
Así, esta articulación une los huesos de la cara con el cráneo y es doble, es decir, hay una a cada lado de la cabeza.
Su función es realizar tres tipos de movimiento: hacia arriba y hacia abajo, hacia delante y hacia atrás, y hacia ambos lados; permitiéndonos realizar las siguientes actividades:
- Masticar
- Morder
- Hablar
- Respirar
- Bostezar
- Gesticular
Aunque no lo creas, es un problema muy común entre los pacientes y que se suele manifestar a través del dolor de los dientes o la mandíbula; aunque muchas veces pasa que la persona no siente ningún síntoma importante y no se da cuenta que lo padece.
Patologías que puede sufrir la articulación temporomandibular
Ya vemos que la función que cumple esta articulación es bastante importante para realizar todas las funciones inherentes a nuestra boca, como hablar o comer, por lo que se mantiene en constante movimiento, y a veces tiene que realizar algunos bien complejos.
Esto lleva a que a causa de un mal movimiento, el bruxismo, traumatismos, malos hábitos y determinados tipos de oclusión u otros, puedan darse consecuencias como algún desarreglo en el funcionamiento de la ATM, y por consiguiente dolor en la mandíbula, en los oídos, en la cabeza, en el cuello y en los músculos que controlan el movimiento de la mandíbula. Esto sin contar que pueden aparecer problemas al masticar y otros que afecten la calidad de vida de una persona al no poder realizar estas actividades tan básicas en nuestro día a día sin la normalidad que de verdad implican.
Tratamientos para las patologías de la articulación temporomandibular
El tratamiento indicado para el trastorno de la ATM depende de cada caso en particular. Por lo general, se indican terapias combinadas (fisioterapia, acupuntura, psicología, osteopatía…), así como medicamentos analgésicos y antiinflamatorios. Por su parte, la cirugía siempre suele ser el último recurso, ya que se utiliza en caso de que los otros tratamientos menos invasivos no den resultado.
El equipo del Centro de Odontología Avanzada ZM nos comentan que entre los tratamientos más comúnmente recomendados están:
- Control del estrés
El exceso de estrés empeora el dolor de la ATM por lo que debes procurar hacer ejercicio, meditación, yoga o cualquier otra práctica que te permite controlarlo.
- Cuida lo que comes
Es importante evitar los alimentos demasiados duros, como los chicles, o evitar morderte las uñas, para no potenciar el dolor que puedas estar sintiendo o el daño en la ATM.
- Ejercicios
- Estiramientos: ejercicios sencillos y parachicos que consisten en abrir y cerrar la boca despacio, para darle mayor movilidad. Lo importante es hacerlos poco a poco, a tu ritmo, y no intentar forzar ningún movimiento, puesto que más bien podría ser contraproducente.
- Resistencia: es un ejercicio por medio del cual hay que poner el pulgar justo debajo de la barbilla, abrir la boca mientras aplicas resistencia con tu dedo. Hacer esto por 5 segundos y repetir el ejercicio 3 veces.
- Dirección contraria: es un ejercicio que debes repetir 3 veces y que consiste en lo siguiente: con tu dedo índice y pulgar, sujeta tu barbilla con la boca abierta, y aplicando cierta resistencia, cierra la boca
- Ejercicios con objetos: pon un objeto como un lápiz entre tus dientes, y mueve la boca de un lado a otro, y repite 3 veces. Igualmente, debes procurar cambiar el lápiz a uno más grueso si esto no te ayuda a sentir mejora.
Ejercicios de fisioterapia
Los ejercicios anteriores eran unos bastante sencillos que podrías hacer, incluso, mientras trabajas. Pero hay otros ejercicios más efectivos que se pueden aplicar a esta zona para aliviar el dolor y mejorar la sintomatología en los trastornos temporomandibulares.
Estos pueden indicarse tanto a aquellos pacientes que están probando técnicas de sanación no invasivas, o también a aquellos a los que se les ha indicado la operación de la ATM, ya que en ambos casos ayudaràn a mejorar la función mandibular (apertura, lateralización) ejerciendo diana terapéutica sobre los músculos que participan en la masticación.
La clave en estos ejercicios es que no deben producirnos dolor y se diferencian tres grupos diferentes:
Grupo I
Los ejercicios de este grupo buscan mantener la movilidad de la mandíbula en algún grado por lo que son los que se recomiendan realizar durante los primeros 3-4 días que le siguen a una intervención, y siempre colocándose hielo después de cada ejercicio.
Se deben realizar 20 veces cada uno de ellos y se repetirán 3 veces al día, despacio y cómodamente.
- Ejercicios de apertura y cierre de boca con la lengua en el paladar: con la boca cerrada, coloca la punta de la lengua en el paladar, y sin despegar la lengua abre y cierra la boca, evitando que la mandíbula se desplace hacia los lados o hacia delante.
- Ejercicios de movilidad lateral: con la boca cerrada en reposo, haz resbalar los dientes moviendo la mandíbula hacia el lado izquierdo lo que se pueda sin que dejen de tocarse los dientes, y lo mismo para el lado derecho.
- Ejercicios de movilidad anterior: con la boca cerrada en reposo, haz resbalar los dientes, moviendo la mandíbula hacia adelante hasta que los dientes se pongan al mismo nivel.
- Ejercicios sin mover la mandíbula: con la mandíbula en reposo y los dientes sin tocarse, es decir con la boca ligeramente abierta, coloca los dedos de la mano en la barbilla y tira de la mandíbula hacia abajo mientras haces fuerza con la mandíbula en sentido contrario para que ésta no se mueva.
Grupo II
Estos son los ejercicios por medio de los cuales intentaremos reestablecer la movilidad funcional de la mandíbula.
Se deben realizar despacio y cómodamente y ya que hay que forzar un poco la articulación, debemos hacerlo lo más controladamente posible y sin forzar demasiado. Se realizarán 5 veces cada uno y se repetirán 10 veces en el día, durante 1 mes. Por último, cuidar de colocar hielo en la zona después los ejercicios.
- Ejercicio de apertura forzada de la boca: con la boca abierta, se irá aumentando la apertura mediante la ayuda de los dedos. Para ello, debes colocar los dedos índice de cada mano en los dientes de abajo y los pulgares en las muelas de arriba y de forma suave, pero con energía, comienza a forzar poco a poco la apertura de la boca hasta conseguir que los dedos índice medio o corazón entren en el espacio que queda entre los dientes de arriba y de abajo.
- Ejercicios de lateralidad forzada: mover la mandíbula hacia el lado izquierdo y al final forzar un poco empujándola con la mano suavemente.
- Ejercicios de avance de la mandíbula: llevar la mandíbula hacia adelante como se indicó en los ejercicios del Grupo I y forzar un poco la mandíbula hacia adelante agarrándose con las dos manos el mentón.
Grupo III
Este último grupo de ejercicios lo que busca es mejorar la funcionalidad de la ATM una vez ya esté completamente recuperada, de forma que consiga una apertura suave y simétrica y una musculatura fortalecida para realizar los movimientos de masticación.
Los ejercicios deben hacerse 5 veces y se repetirán 3 veces al día, durante un mes o mes y medio, y colocar hielo después de cada sesión.
- Continuar con el ejercicio de apertura forzada de la boca (ejercicio 1 del grupo II) pero con una diferencia frecuencia.
- Ejercicios de apertura contrarresistencia: con la boca discretamente abierta, coloca tu mano bajo la barbilla y ejerce fuerza para intentar abrirla al tiempo que la mano impide que la mandíbula se desplace hacia abajo.
- Ejercicios de lateralidad contrarresistencia: con la boca un poco abierta , deberás colocar tu puño en el lado derecho de la mandíbula y hacer fuerza presionando la mandíbula contra el puño (no al revés). Luego, repetir lo mismo con el otro lado.
- Ejercicios de movilidad anterior contrarresistencia: en este ejercicio se trata de colocar tu mano en el mentón o barbilla y presionar la mandíbula contra la mano intentando llevar la mandíbula hacia delante.