El COVID-19 pone de manifiesto la desigualdad de género

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La perspectiva de género es una categoría analítica que acoge a todas aquellas metodologías y mecanismos destinados al “estudio de las construcciones culturales y sociales propias para los hombres y las mujeres, lo que identifica lo femenino y lo masculino, lo cual implica una desigualdad entre géneros. También se conoce como «enfoque de género», «visión de género» y «análisis de género»

La Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer se celebró en Pekín, en 1995. Los Estados se comprometieron a garantizar a las mujeres el acceso equitativo a oportunidades sociales, económicas, políticas, laborales, educativas, culturales y de salud. La primera Conferencia Mundial de la Mujer, se llevó a cabo en 1975 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, celebrada en México, a raíz de la declaración del Año Internacional de la Mujer.

La Asamblea General de las Naciones Unidas, posteriormente proclamó el Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer, entre 1976 y 1985 para promover la equidad de género y la disminución de la discriminación hacia las mujeres en ámbitos de la vida cotidiana donde la mujer comenzaba a tener mayor participación.

La perspectiva de género en la actualidad

En la actualidad, la perspectiva de género en determinadas enfermedades es un hecho. No hay más que ver la reciente pandemia del coranavirus o Covid-19. Según los The Lancet. Es necesario evaluar si los efectos de la enfermedad afectan por igual a hombres y a mujeres, para conocerlos más, pero también para “para crear políticas e intervenciones efectivas y equitativas”.

Según parece no hay demasiada diferencia entre el número de casos de hombres y mujeres pero sí que es cierto que existe una mayor vulnerabilidad entre las segundas y que las muertes son más entre el género femenino. “La evidencia emergente sugiere que mueren más hombres que mujeres, posiblemente debido a inmunología basada en el sexo”.

Según los datos de la Oficina de Información del Consejo de Estado en China sugieren que más del 90 por ciento de los trabajadores de la salud en la provincia de Hubei son mujeres, lo que pone de manifiesto que el género si que influye en la salud laboral.

“La experiencia de brotes pasados muestra la importancia de incorporar un análisis de género en los esfuerzos de preparación y respuesta para mejorar la efectividad de las intervenciones de salud y promover objetivos de equidad de género y salud”.

Por ejemplo, durante el virus del Ébola en África occidental entre los años 2014 y 2016, se comprobó que las mujeres tenían más probabilidades de ser infectadas por el virus, debido al hecho de que eran ellas las que encargaban del cuidado de la familia. Y si esto lo unimos a la imposibilidad de decidir entre las mujeres del tercer mundo, lo mismo que ocurre entre las familias de la llamada civilización occidental, tenemos que las mujeres son las que más se contagian dado que son ellas las que se han de ocupar de los familiares enfermos, tanto si es decisión suya, lo cual tiene un trasfondo cultural, como si se trata de una imposición.

Pero más allá de eso la imposición se dirige hacia el plano sexual. Muchas mujeres en todo el mundo no tienen ni voz ni voto al respecto, lo que, sin ninguna duda, las convierte en las víctimas inconscientes de un abuso de poder, del patriarcado, que rebaja a la mujer de tal forma, que hasta su salud, pasa a estar en un segundo plano. De hecho, los medicamentos están hechos para los hombres blancos, lo cual deja fuera a una enorme parte de la población. Y hasta hace poco, los síntomas que todos conocíamos del infarto eran los del hombre, porque, ¿sabías que los de la mujer no se parecen nada a los del hombre? Sí, sí. Ni siquiera duele el brazo ni na. Según los profesionales de la salud, los síntomas en la mujer son más parecidos a los de un ataque de ansiedad, lo que provoca que las mujeres, si bien sufren menos infartos, son más las que mueren víctimas de los mismos, ya que al desconocer los síntomas, los asocian a los de un ataque de ansiedad. Tardan en ir al hospital y consecuentemente, mueren.

Cada vez son más las mujeres que demandan atención psicológica debido a que están realmente quemadas por una situación que las sobrepasas, que es la de cuidar a un paciente enfermo. Marisa Hernández Torrijo, Licenciada en Psicología Clínica, dedica su carrera profesional a la prevención y tratamiento de trastornos psicológicos. Su objetivo es promover la salud mental y el bienestar psicológico de todos y cada uno de sus pacientes, y a su consulta, acuden infinidad de mujeres para encontrar el apoyo psicológico que necesitan.

Si eres cuidadora, y sientes que te hundes, no lo dudes, pide ayuda profesional.

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