Escápate del calor del verano

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Por fin llegan las vacaciones y, por suerte, este año mi presupuesto me permite salir unos días de Madrid. Tenía que amueblar mi casa, pero una amiga me recomendó comprar los muebles en la página de venta online de Círculo Muebles y la verdad es que he conseguido unas piezas preciosas y a muy buen precio, así que al final me ha quedado algo de dinero para irme de viaje con mi novio. Como pese a llevar solamente unos días con calor en Madrid, para nosotros ha sido más que suficiente, así que hemos decidido irnos a Irlanda huyendo de esta temperatura, ya que yo ya había visitado el país durante el verano gracias a una beca de estudios y recuerdo que dormía incluso con  una manta en el mes de agosto.

Si os gusta ese plan de visitar otros lugares que no son los típicos de vacaciones, que se relacionan más con la playa y con el calor, Irlanda es un país perfecto donde disfrutar. Yo ya os digo que fui a estudiar, pero aun así me quedó bastante tiempo libre para meterme entre los habitantes de allí como una más. De hecho, posiblemente ahí está la gracia de estos cursos, en que nos integremos y hablemos con la gente. Y para eso los irlandeses son la mejor cultura del mundo. Hablan contigo aunque no te hayan visto en la vida y simplemente os hayáis acabado de ver en la marquesina esperando al autobús. Son gente de mucha alegría, que pasa muchas horas en los pubs típicos del país, tanto en su capital, Dublín, como en los pueblos más pequeños.

Irlanda

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Si vais a Irlanda seguramente lo hagáis en avión, y para ello tenéis la suerte de que hay muchas aerolíneas de bajo coste que conecta con Dublín, y durante los meses de verano algunas aumentan también su tráfico hacia otros aeropuertos, como puede ser el caso del de Cork, por los turistas y también por los que retornan a casa esos días.

Si vais a Dublín, no dejéis de visitar la zona de Temple Bar, donde están todos los famosos bares. Es también la ciudad, no lo olvidemos, del grupo U2, y dicen las leyendas que algunas veces se les puede ver por allí. Allí tendréis que beber pintas. La más conocida es la Guinness, que lleva el apellido del hombre que fundó una empresa popular en el mundo entero y ahora símbolo incluso de este lugar, de donde también procede el whisky Jameson. Mucha gente se emplea en estas factorías, que pueden ser visitadas en tour por los viajeros.

Dublín no es un lugar en el que destaquen precisamente los monumentos, pero sí hay sitios con encanto que hay que ver. De hecho, uno de los parques urbanos más grandes del mundo se encuentra en esta ciudad. Quizás recordéis ese campo de las imágenes del Papa dando una misa a sus fieles delante de una enorme cruz que todavía se conserva allí. Y no solamente está la cruz, sino que podéis compartir césped con corzos y un montón de animales que viven allí en libertad. Todos los transportes funcionan muy bien, así que es sencillo ir en autobús a este y a otros sitios más en los alrededores, como Malahide, donde se encuentra uno de los castillos más bellos y donde muchos dublineses viven alejados del bullicio de Dublín. En la capital también deberíais hacer una visita obligada al Trinity College y a su impresionante biblioteca. Está muy cerca de las calles principales, donde se encuentran todas las tiendas de modas y hasta un curioso obelisco y los edificios de las instituciones del país, símbolo de tanta historia vivida por sus habitantes.

En esta ciudad, por sus preciosas edificaciones (míticas son sus casas unifamiliares con sus bonitas puertas de colores en el centro), se han rodado películas y series como Los Tudor. De ahí que debáis visitar sus templos y la catedral (aunque ya descubriréis el conflicto, porque tienen dos).

Si vais con tiempo, desde Dublín hay algunas escapadas muy buenas que podéis hacer, tanto a los acantilados de Moher, que dan bastante vértigo y miedo, así como a Kilkenny y a Glendalough (valle de los dos lagos).

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