Normas para mantener el tipo en una comida de negocios

shutterstock_278790500(FILEminimizer)

Muchos son los negocios en el mundo que se cierran alrededor de un plato de comida, ya sea comida o cena, aunque ahora, y cada vez con más fuerza, están cogiendo un mayor auge los desayunos de trabajo, y España no se queda atrás. Ya sea por nuestra cultura o por tradición, lo cierto es que se puede decir claramente que la trayectoria política, social y económica de nuestro país se ha decidido, escrito o pactado en los mejores y más exitosos restaurantes del país.

Sin embargo, bien sea por evitar desplazamientos, por falta de tiempo o por una mayor privacidad, cada vez se organizan más almuerzos de trabajo en comedores privados o incluso en salas de juntas o comedores instalados dentro del mismo edificio de una empresa y que son servidos por empresas de catering. Por ello, si a vosotros se os presenta una situación de este tipo y queréis quedar bien, nuestra recomendación es que contactéis con La Frolita, una empresa de Madrid con más de 10 años de experiencia en eventos de empresa y celebraciones familiares, que aúna su conocimiento y entusiasmo con la rapidez, versatilidad y dinamismo que sus clientes demandan, todo ello servido en unos platos dignos de la mejor comida casera.

Pero lo cierto es que a la hora de celebrar una comida de negocios existen unas sencillas normas de cortesía o de educación que debemos tener siempre presentes para que esta se desarrolle en un ambiente lo más favorable posible para nuestros intereses. Así, estas normas pasan, por ejemplo, por:

  • Tener en cuenta la nacionalidad de las otras personas. Cada país tiene sus normas de cortesía especiales, por lo que debemos informarnos con anterioridad a la reunión, pues podemos adentrarnos en una zona en la que no tengamos demasiado claro cómo debemos comportarnos.
  • La invitación. Si eres tú quien propone la reunión, la otra persona entenderá que por tu parte se intenta establecer una relación de interés o de confianza.
  • El menú. Será importante si puedes informarte sobre si tu interlocutor tiene algún tipo de alergia alimentaria o si tiene algunos hábitos alimenticios especiales, por ejemplo, elegir un restaurante especializado en cerdo puede no resultar una buena idea. Deberemos evitar pedir o servir platos que sean muy pesados o de difícil manipulación, pues lo importante es centrarse en el tema de conversación y no en la comida. De todos modos, es conveniente dejar que sea el invitado el que pida primero.
  • El lugar. Nunca arriesgues llevando a un invitado a un restaurante que no conozcas, por mucho que te hayan hablado bendiciones de él, es preferible optar por un establecimiento que sepas que tiene una buena calidad tanto en la comida como en el servicio, que sea cómodo y cercano para ambos, tranquilo y sobre todo donde se pueda mantener una conversación normal y fluida, sin gritos.
  • Nunca llegues tarde a una cita de trabajo, tu interlocutor no entenderá que no seas puntual y darás una imagen de falta de interés además de maleducado.
  • Apaga el móvil o ponlo en silencio. No respondas llamadas o contestes mensajes. En el caso de estar esperando una llamada urgente y deseas dejar el móvil encima de la mesa, por cortesía debes avisar a los demás comensales con antelación, en caso contrario, podría considerarse una descortesía o falta de educación.
  • La cuenta. El anfitrión o persona que invita debe pagar la cuenta. Para hacerlo disimuladamente y no crear situaciones incómodas un buen momento sería aprovechar una visita al baño o darle la tarjeta de crédito al camarero. Sin embargo, lo cierto es que siempre debemos de controlar la suma a la que asciende la comanda, para no encontrarnos con una nota similar a la de ocho empresarios madrileños, los cuales gastaron casi 50.000 euros en una comida.
  • El tema de interés. Se recomienda por norma general dejar para los postres o el café el tema principal de la reunión, pero si por falta de tiempo o urgencia alguno de los comensales o de las partes toma la iniciativa se debe dejar continuar.

¿Qué otras consideraciones debemos de seguir?

También se debe tener en cuenta una serie de normas no escritas para evitar que esa comida no defraude y de repente se convierta en algo complicado y difícil de arreglar, por ejemplo:

  • No establecer unos objetivos o acuerdos claros. Tu interlocutor no tendrá claro el fin que persigues por lo que será complicado llegar a un acuerdo.
  • No tener preparado un análisis de las distintas situaciones u opciones que nuestro interlocutor nos pueda plantear y por tanto no poder dar una respuesta.
  • Evitaremos en la medida de lo posible hablar de sexo, política o de religión.
  • Tampoco es conveniente hablar mal de otras personas u otras empresas, así como de tu propia empresa ni de la de la otra persona.
  • Aunque intentaremos mantener una conversación fluida y amena, se debe evitar airear problemas personales propios o de otras personas, para eludir caer en cotilleos o desacreditar a determinadas personas.

Comparte esta publicación con tus amigos